Es curioso, pero es justo cuanto más tristes estamos cuando
nos damos cuenta de la belleza que nos rodea. Descubrimos los pequeños detalles
que los ojos a simple vista no nos mostraron.
Hoy he visto por primera vez una mancha de nacimiento en mi
piel con forma de nube, he podido sentir el parpadeo de un pájaro y el caminar
de un gato.
Por primera vez he sentido un silencio que solo era alterado
por mis propios latidos, inexplicablemente he sentido el bombeo y la sangre.
He contemplado el anochecer desde su principio a su fin, y
descubierto que los colores desaparecen según muere el día. He sentido en mi
piel el transitar de una hormiga y presenciado la muerte de un gorrión. El murmullo del río
y las ondas que crean los peces. La textura de los árboles y sus hojas.
Dicen que cuanto más solo te sientes más puedes apreciar
estos pequeños detalles, y bien, hoy puedo decir, que es cierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario